Esta
obra habla de los carros de cirujas que circulan por la ciudad de Córdoba, Arg. En el
mes de marzo del año 2000 se aprobó una ordenanza municipal, prohibiendo la
entrada de carros tirados por caballos al micro centro de la ciudad.
Gracias
a esta medida los carreros pusieron al máximo su creatividad para poder llevar
a cabo su trabajo, sin dejar de cumplir la ordenanza impuesta por la comuna,
construyendo carros más pequeños que pudieran ser tirados por ellos mismos. Estos
carros poseen cualidades estéticas indiscutibles, en sus diseños, formas tienen
la capacidad de mutar según la carga que contengan, carga que muchas veces desafía
la gravedad. Estos carros son verdaderas obras de de arte que ambulatoriamente
recorren la ciudad.
Considero
esta temática socia como campo fértil para desarrollar este proyecto, no con la
intención de la denuncia, sino con la simple necesidad de mostrar lo que veo y
lo que pienso en relación esta realidad; buscando mantener un dialogo con los
otros, no de forma masiva, por el contrario, de forma sutil y discreta,
intentando filtrarme en el contexto
social de donde sale la idea.
Esto
se busca lograr través de la repetición grafica de la sombra de un carro dibujada
con tiza sobre veredas y paredes de la vía pública, en todo lugar en donde un
carro de verdad pudiera proyectar su sombra.
Trabajar
con la imagen estereotipada de la sombra de un carro, hecha en tiza, con la
característica de efímera que da esta materialidad refuerza el concepto
precario de la conjunción existencia-negación.
En donde la calle se vuelve el soporte ideal para que el proyecto busque
desarrollarse.
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